Ikki

Ikki (一輝, Ikki) es el Santo de bronce del Fénix. Se caracteriza por el tener el cosmos más agresivo y violento entre los Santos. Acostumbra andar separado del resto de Santos de Bronce, sin embargo siempre aparece oportunamente en los momentos de necesidad. Se considera a sí mismo un lobo solitario que no le interesa andar en grupos. A pesar de que se introdujo más tarde que los otros cuatro Santos de Bronce principales, el papel de Ikki en la historia es bastante significativo. Él sirve como el primer antagonista de la serie que los demás santos deben derrotar, así como un poderoso aliado más adelante en la serie.


Apariencia
Ikki es un joven de apariencia ruda y seria, tiene cabello corto de color azul al igual que sus ojos y una cicatriz perpendicular que va de la frente hacia la nariz, la cual tiene como consecuencia de haber esquivado el golpe que le lanzó su maestro y con el que terminó matando a Esmeralda. En el manga el cabello de Ikki es de color negro.

Personalidad
De niño, Ikki era conocido como un chico duro y con más frecuencia cuando se trataba de defender a su hermano menor. La personalidad de Ikki es drásticamente diferente a la de sus compañeros, es lo contrario de su hermano menor Shun quién es tranquilo, suave, cariñoso y muy emocional, mientras que Ikki es duro, frío, agresivo, y una persona muy solitaria. Son un equipo de estilos complementarios.

Todo esto se debe a que Ikki fue entrenado con dureza y inculcado con la ideología de que solo el odio proporciona poder, la cual parecía no haberlo influenciado mucho hasta que por perdonar la vida de su maestro, su amada Esmeralda murió y su odio que hasta entonces se encontraba encerrado en su ser fue liberado al revelársele su origen como hijo de Mitsumasa, de quien no podría vengarse pues ya estaba muerto. Esta actitud de odio solo la mantuvo durante la etapa de los santos negros, después de eso solamente era un personaje serio, solitario y aunque "agresivo" ya no desbordaba tanto odio.

A pesar de que no le gusta el trabajo en equipo, él viene a luchar cada vez que los Santos de Athena necesitan su ayuda, y con frecuencia se lo veía venir en el último momento para salvar a su hermano menor y amigos de una muerte segura. Esta táctica siempre ha sido explotada en su beneficio, ya que sorprendió a los enemigos al luchar contra ellos. Ikki es un guerrero que combate sin contenerse aun cuando su enemigo es una mujer.

Aunque a Ikki le gusta mantenerse solo siente gran devoción y amor hacia sus hermanos y hacia su amada Esmeralda, y como le confiesa a Kasa, ello es lo que le da fuerzas para seguir adelante. Es un personaje noble, complejo y maduro, que no se pone en duda cada vez que es necesario sacrificar su vida por sus amigos.

En Saint Seiya Omega, su personalidad no ha cambiado en lo más mínimo. Fiel a su actitud, no duda en reprender a Koga y a los otros Santos de Bronce del siglo XXI por su blandeza y su falta de sangre fría para proteger a Atenea de las fuerzas del mal.